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No les descubrimos nada si les hablamos acerca de papel que ha jugado Canarias como puente de civilizaciones entre en el Viejo y el Nuevo Mundo. Pero quizás, no se hayan percatado de que, sin nuestras Islas, como dice José Chela, la gastronomía europea y la americana estarían huérfanas de contenido y de paladar: hemos sido despensa provisional y laboratorio de muchos productos.
Tenerife es ejemplo de la suma de gustos, recetarios y tradiciones que forjan la personalidad de una cocina que sobrevive al paso del tiempo. Gracias a sus habitantes y a la labor de personas como Ana Hernández, conoceremos el misterio de las lentejas con castañas. Rosita y Manolo nos enseñarán, en La Matanza, a cocinar unas garbanzas que alimentan el alma. Chari, en su adorado Garachico, arregla el pulpo rindiendo homenaje a la tradición marinera de su pueblo.
Y nos adentraremos en la historia del vino, aquel que nace del cordón trenzado y inició el intenso viaje de ida y vuelta por el Atlántico, no solo a través de barricas y toneles, sino de cultura y hermandad.
Ingredientes: lentejas, castañas, cebolla, laurel, pan tostado, aceite de oliva y vinagre macho.
Elaboración: Para elaborar este plato que llega hasta nuestros días en Tenerife, desde la Antigua Roma, debemos precocinar las castañas. Luego, en un caldero, pondremos las lentejas y las castañas. Añadimos agua hasta cubrirlas y las dejaremos a fuego alto.
Mientras estas se guisan, pelearemos y picaremos la cebolla, menudita. La pochamos en una sartén aparte y la agregaremos, con su aceite, al caldero.
Dejaremos que se guise bien y sabremos que están listas cuando intentemos aplastar las castañas con un tenedor y se deshagan.
Antes de servir, añadiremos un chorro de vinagre macho, al gusto y disfrutaremos de estas lentejas con castañas, acompañadas de un poco de pan tostado.
¡Buen provecho!
Precocinamos y posteriormente las ponemos al fuego
Debemos precocinar las castañas. Luego, en un caldero, pondremos las lentejas y las castañas. Añadimos agua hasta cubrirlas y las dejaremos a fuego alto.
Picamos y mochamos cebolla
Mientras estas se guisan, pelearemos y picaremos la cebolla, menudita. La pochamos en una sartén aparte y la agregaremos, con su aceite, al caldero.
Guisamos y aplastamos las castañas
Dejaremos que se guise bien y sabremos que están listas cuando intentemos aplastar las castañas con un tenedor y se deshagan.
Terminamos de cocinar y servimos
Antes de servir, añadiremos un chorro de vinagre macho, al gusto y disfrutaremos de estas lentejas con castañas, acompañadas de un poco de pan tostado.
¡Buen provecho!
Ingredientes: 500 g de garbanzos, panceta de cerdo, chorizo de la comida normal y ahumado, cebolla, pimiento rojo, pimiento verde, tomate, pimentón, ajos, laurel, pimienta molida, sal, comino, azafrán y caldo de carne.
Elaboración: La noche anterior pondremos los garbanzos de remojo.
Al día siguiente, será lo primero que se ponga al fuego con su caldo de carne porque tiene más tiempo de cocción. Mientras, vamos preparando la fritura: picamos pimiento rojo, pimiento verde, tomate (lo pelamos previamente también), cebolla y ajo. En una sartén, dejaremos que se vaya pochando toda la verdura.
Aprovecharemos este tiempo para picar la carne, la panceta y el chorizo y los reservamos.
Cuando la fritura esté lista, la molemos con una batidora y la agregamos a las garbanzas. Luego, la panceta, el chorizo, el pimentón, la pimienta molida, el comino, el azafrán y el laurel.
Taparemos en caldero y dejaremos que todo se guise, sin destapar, durante 15 o 20 minutos.
Pasado este tiempo, probaremos si la garbanza está tierna y retiramos del fuego.
¡Que la disfrutes!
Dejamos los garbanzos en remojo, al día siguiente, comenzamos
La noche anterior pondremos los garbanzos de remojo.
Al día siguiente, será lo primero que se ponga al fuego con su caldo de carne porque tiene más tiempo de cocción.
Añadimos los huevos y resto de ingredientes
Aprovecharemos este tiempo para picar la carne, la panceta y el chorizo y los reservamos.
Mientras, vamos preparando la fritura: picamos pimiento rojo, pimiento verde, tomate (lo pelamos previamente también), cebolla y ajo. En una sartén, dejaremos que se vaya pochando toda la verdura.
Incorporamos
Cuando la fritura esté lista, la molemos con una batidora y la agregamos a las garbanzas. Luego, la panceta, el chorizo, el pimentón, la pimienta molida, el comino, el azafrán y el laurel.
Sacamos y dejamos enfriar
Taparemos en caldero y dejaremos que todo se guise, sin destapar, durante 15 o 20 minutos. Pasado este tiempo, probaremos si la garbanza está tierna y retiramos del fuego.
¡Que la disfrutes!
Ingredientes: 1 pulpo de 2 kilos, 8 dientes de ajo, 1 cebolla grande, 1 pimiento rojo, 4 tomates, 1 cucharada de pimentón dulce, 1 pizca de pimentón picante, papas bonitas, perejil, laurel, agua, sal y aceite de oliva.
Elaboración: En este compuesto, lo fundamental es el pulpo, que debe ser de nuestras costas. La mejor garantía para que nos quede tierno es congelarlo previamente y que esté totalmente descongelado, cortarlo en trocitos medianos.
El pulpo, troceado, será lo primero que pondremos al fuego, sin añadirle agua ni sal, ya que irá soltando su jugo.
Mientras se va guisando, cortaremos el tomate, la cebolla, el pimiento y los ajos. Agregamos un chorrito de aceite de oliva al pulpo y cuando esté hirviendo nuevamente, añadimos las verduras.
Cuando esté medio pochada la verdura, agregamos una cucharada de pimentón dulce y otra de pimentón picante. Removemos para que se integre todo bien e incorporamos un vaso de vino blanco y dejamos que se siga guisando mientras pelamos las papas bonitas.
Las últimas en entrar al caldero serán las papas bonitas, por lo que vigilaremos si necesita algo más de agua o no.
Cuando a las papas le falten unos minutos para estar listas y notemos que el pulpo esté tierno, picaremos el perejil, menudito y lo añadiremos al caldero.
Tapamos y dejamos reposar un poco, antes de servir.
¡Que lo disfrutes!
Congelamos y descongelamos el pulpo y lo troceamos
La mejor garantía para que nos quede tierno es congelarlo previamente y que esté totalmente descongelado, cortarlo en trocitos medianos. El pulpo, troceado, será lo primero que pondremos al fuego, sin añadirle agua ni sal, ya que irá soltando su jugo.
Preparamos el sofríto
Mientras se va guisando, cortaremos el tomate, la cebolla, el pimiento y los ajos. Agregamos un chorrito de aceite de oliva al pulpo y cuando esté hirviendo nuevamente, añadimos las verduras.
Incorporamos el resto de ingredientes
Cuando esté medio pochada la verdura, agregamos una cucharada de pimentón dulce y otra de pimentón picante. Removemos para que se integre todo bien e incorporamos un vaso de vino blanco y dejamos que se siga guisando mientras pelamos las papas bonitas. Las últimas en entrar al caldero serán las papas bonitas, por lo que vigilaremos si necesita algo más de agua o no.
Finalizamos
Cuando a las papas le falten unos minutos para estar listas y notemos que el pulpo esté tierno, picaremos el perejil, menudito y lo añadiremos al caldero.
Tapamos y dejamos reposar un poco, antes de servir.
¡Que lo disfrutes!
Según señala la Denominación de Origen del Valle de La Orotava, los antiguos iniciadores de la viticultura de la zona vieron que necesitaban buscar un sistema de conducción que les permitiera adaptarse a la orografía del terreno y aprovechar el espacio pedregoso sobre molleros desde donde sacar el máximo partido a las cepas.
Este hecho, junto a la demanda de vinos de la variedad malvasía, que requiere dejar un mayor número de yemas en la poda para poder fructificar, hizo que se creara el sistema de conducción en cordón trenzado, también llamado cordón trenzado tradicional o cordón trenzado múltiple.
Estos inquietos viticultores fueron sembrando viñas y entrelazando sus sarmientos a modo de trenza a unos 50 centímetros del suelo para hacer que recorriera el terrero y abarcara una mayor superficie.
Aprovechando los recursos existentes, el cordón trenzado se ataba con junquillo o badana para evitar que los sarmientos se abrieran y se mantenían elevados del suelo con horquetas hechas de madera de los bosques de laurisilva.
Para aprovechar los suelos fértiles, éste sistema de conducción les permitía en la época de reposo de la viña, retirar los cordones y obtener otras cosechas como papas, grano o verduras que podían conservar para el resto del año.
Con el paso de los años, se han ido implementando cambios en la manera de cultivar y también en la forma de utilizar el sistema de cordón trenzado en el Valle de La Orotava. Solo lo podemos encontrar en la comarca del mismo nombre, donde nos encontramos características clave: temperaturas suaves; suelos volcánicos; y humedad permanente por la presencia de los alisios.
Estas características, unidas al sistema tradicional de conducción de la vid y la idiosincrasia de sus gentes, han dado lugar a que los vinos producidos en esta zona presentan unas características diferenciadoras y únicas, que permiten que se acojan a la Denominación de Origen Valle de La Orotava.
Una de las bodegas que forman parte de la DOP Valle de La Orotava es Tajinaste, cuyas raíces son de 1939 y que tiene como misión cuidar y mejorar nuestro entorno, conservando la viticultura tradicional, rescatando parcelas abandonadas para su replantación y colaborando con casi un centenar de viticultores para poner en valor el paisaje. El vino es el vehículo de transmisión de su cultura y su entorno, poniendo en valor su compleja singularidad en el panorama vitivinícola mundial.
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