Todos los JUEVES a las 22:30h en TELEVISIÓN CANARIA
La “fuerteventurosa” isla de Unamuno, nos ha brindado siempre una cocina honesta, donde la sencillez de la materia prima habla por sí sola. En ella conviven costumbres, gustos y productos prehispánicos, con sabores, recetas y modos heredados. Fuerteventura es la isla de matices cálidos y aromas salinos y lácteos, que se tuestan al cruzar los jables y engofiarse en sus molinas, llenando los calderos de la isla de Sur a Norte.
Ingredientes: 1 abae grande, pimientos verdes y rojos, cebollas, tomates, ajos, zanahorias, papas, perejil, cilantro, hierbahuerto, colorante, cominos y sal.
Elaboración: Comenzamos descamando y desviscerando el abae. Lo salamos y cortamos en tajadas de 2-3 cm de grosor. Reservamos el pescado y continuamos cortando pelando los tomates y cortándolos en cuatro, así como los pimientos, las cebollas y las zanahorias. Cuando el agua del caldero esté hirviendo, las introducimos.
Mientras las verduras se van guisando, preparamos un buen majado con ajos, comino, perejil, cilantro y sal. Lo agregamos al caldero con un poquito de colorante.
Continuamos pelando las papas, que deben ser de tamaño medio-grande y las incorporaremos al caldero, enteras.
Una vez que haya vuelto a hervir, añadimos la cabeza del abae. Dejamos guisar unos minutos y añadimos el resto del pescado, sacudiendo el exceso de sal previamente, y un manojo de hierbahuerto.
Este caldo de pescado estará al fuego unos 25 minutos. Cuando veamos que las papas están tiernas, podemos retirar y servir.
Descamamos y preparamos
Comenzamos descamando y desviscerando el abae. Lo salamos y cortamos en tajadas de 2-3 cm de grosor. Reservamos el pescado y continuamos cortando pelando los tomates y cortándolos en cuatro, así como los pimientos, las cebollas y las zanahorias. Cuando el agua del caldero esté hirviendo, las introducimos.
Preparamos y añadimos un majado y añadimos las papas
Mientras las verduras se van guisando, preparamos un buen majado con ajos, comino, perejil, cilantro y sal. Lo agregamos al caldero con un poquito de colorante.Continuamos pelando las papas, que deben ser de tamaño medio-grande y las incorporaremos al caldero, enteras.
Añadimos la cabeza del abae
Una vez que haya vuelto a hervir, añadimos la cabeza del abae. Dejamos guisar unos minutos y añadimos el resto del pescado, sacudiendo el exceso de sal previamente, y un manojo de hierbahuerto.
Terminamos de cocinar y servimos
Este caldo de pescado estará al fuego unos 25 minutos. Cuando veamos que las papas están tiernas, podemos retirar y servir.
Ingredientes: 4 kg de carne de cabra de costa, 1 kg de cebolla, 1/2 kg de zanahorias, 1/2 kg de habichuelas, 1/2 kg de pimiento rojo, 1/2 kg de pimiento verde, 3 kg de papas nuevas, 1/2 kg de tomate, tomillo, romero, laurel, hierba huerto, pimentón, azafrán, 1 vaso de coñac, 1 litro de vino blanco, 3 litros de agua, sal y 2 pimientas piconas.
Elaboración: vamos a preparar un plato muy apreciado no solo por los majoreros y majoreras, sino también por quienes nos visitan durante el año. Se trata de un delicioso guiso de carne de cabra de costa, considerada por muchos la mejor carne de la isla, ya que estos animales pastan libremente en su hábitat.
Comenzamos picando todos los ingredientes por separado.
En una olla grande, añadimos 300 centilitros de aceite de oliva. Cuando esté caliente, introducimos la carne y la doramos por todos lados hasta que esté bien sellada. Luego, la retiramos y reservamos.
En la misma olla, incorporamos la cebolla, los pimientos, el ajo y las zanahorias. Cocinamos hasta que estén bien pochados.
Añadimos un atadillo con el romero, las pimientas piconas, el tomillo, el laurel y un manojo de hierba huerto. Luego, reincorporamos la carne previamente sellada. Movemos bien y añadimos el coñac y, a continuación, el vino blanco.
Cuando el vino se haya reducido, agregamos agua hasta cubrir completamente la carne.
Cocinamos a fuego medio durante, aproximadamente, dos horas o hasta que la carne esté tierna.
Una vez que la carne esté blanda, añadimos las papas. Llevamos a ebullición durante 15 minutos y luego incorporamos las habichuelas para que se cocinen junto con las papas y se integren bien en el guiso.
Continuamos la cocción hasta que las papas estén bien hechas. Apagamos el fuego y dejamos reposar unos 10 minutos antes de servir para que los sabores se asienten.
¡Buen provecho!
Picamos los ingredientes y marcamos la carne
Comenzamos picando todos los ingredientes por separado.
En una olla grande, añadimos 300 centilitros de aceite de oliva. Cuando esté caliente, introducimos la carne y la doramos por todos lados hasta que esté bien sellada. Luego, la retiramos y reservamos.
Incorporamos los vegetales, luego la carne
En la misma olla, incorporamos la cebolla, los pimientos, el ajo y las zanahorias. Cocinamos hasta que estén bien pochados.
Añadimos un atadillo con el romero, las pimientas piconas, el tomillo, el laurel y un manojo de hierba huerto. Luego, reincorporamos la carne previamente sellada. Movemos bien y añadimos el coñac y, a continuación, el vino blanco.
Cocinamos a fuego lento
Cuando el vino se haya reducido, agregamos agua hasta cubrir completamente la carne.Cocinamos a fuego medio durante, aproximadamente, dos horas o hasta que la carne esté tierna.
Servimos
Una vez que la carne esté blanda, añadimos las papas. Llevamos a ebullición durante 15 minutos y luego incorporamos las habichuelas para que se cocinen junto con las papas y se integren bien en el guiso.
Continuamos la cocción hasta que las papas estén bien hechas. Apagamos el fuego y dejamos reposar unos 10 minutos antes de servir para que los sabores se asienten.
¡Buen provecho!
Ingredientes: ½ kg de almendras, ½ kg de harina, ralladura de limón, 1 cucharada de canela, 1 kg de azúcar, 2 huevos, 25 clavos y agua.
Elaboración: Quizás el nombre de esta receta te despiste, pero se trata de un postre. La base principal es la almendra, que deberemos guisarlas para pelarlas bien.
Con la ayuda de un mortero y añadiéndole ½ kg de azúcar, poco a poco, iremos machacando las almendras y pasándolas a un bowl grande. Cuando estén todas molidas, añadiremos la ralladura del limón, una cucharada colmada de canela y los 25 clavos, que debemos moler en el mortero previamente.
Batiremos los 2 huevos y los agregamos al bowl para mezclar todos los ingredientes con la ayuda de un tenedor, por si nos ha quedado algún trozo de almendra grande.
Cuando estén bien mezclados, iremos incorporando la harina, tamizándola con un colador para evitar grumos. Amasamos poco a poco todos los ingredientes hasta que queden bien integrados. La almendra irá soltando su grasa natural, por lo que la masa debe quedarnos brillante.
Antes de darle forma a nuestro postre, precalentamos el horno a 200 ºC.
Con la masa de forma ovalada, como un pan grande, y la ayuda de una plantilla de papel con forma de cabeza de pez, daremos su forma a la masa sobre un papel de horno.
Aplastamos un poco toda la masa a lo largo y, con un cuchillo, le haremos primero la forma de la cola. Abrimos un poco ambos lados y el pequeño sobrante de masa que nos queda lo guardaremos para hacerle los detalles del ojo y la cabeza.
Luego, usaremos una cuchara de postre para dibujar las escamas, haciéndole pequeñas hendiduras, de cabeza a cola. Cuando hayamos acabado, usaremos nuestra plantilla para la parte de la cabeza y darle forma a la boca.
Con el sobrante de masa de la cola haremos los adornos: el ojo, la aleta y la división del cuerpo. Es importante que nos sobre algún pedazo más de masa porque nos servirá, más tarde, para meterlo también en el horno y comprobar más fácilmente si ya se ha cocinado.
Por último, antes de hornear el pescado dulce, colocaremos una almendra en cada hendidura de las escamas que le hemos hecho y cortaremos varias almendras para hacerle los dientes.
Pasaremos nuestro pescado dulce con su papel a una bandeja y horneamos durante 15 o 20 minutos.
Mientras está en el horno, preparamos el almíbar. Pondremos un cazo al fuego con agua y cuando esté hirviendo, diluimos el azúcar que nos queda, sin parar de remover.
Cuando se haya hecho, y con el pescado dulce todavía caliente, lo pintaremos con el almíbar, con la ayuda de una brocha de silicona. Dejaremos enfriar para que el almíbar también se cristalice y … ¡a disfrutar!
Preparamos las almendras y batimos los huevos
Con la ayuda de un mortero y añadiéndole ½ kg de azúcar, poco a poco, iremos machacando las almendras y pasándolas a un bowl grande. Cuando estén todas molidas, añadiremos la ralladura del limón, una cucharada colmada de canela y los 25 clavos, que debemos moler en el mortero previamente.
Batiremos los 2 huevos y los agregamos al bowl para mezclar todos los ingredientes con la ayuda de un tenedor, por si nos ha quedado algún trozo de almendra grande.
Mezclamos y damos forma
Cuando estén bien mezclados, iremos incorporando la harina, tamizándola con un colador para evitar grumos. Amasamos poco a poco todos los ingredientes hasta que queden bien integrados. La almendra irá soltando su grasa natural, por lo que la masa debe quedarnos brillante.
Antes de darle forma a nuestro postre, precalentamos el horno a 200 ºC.
Con la masa de forma ovalada, como un pan grande, y la ayuda de una plantilla de papel con forma de cabeza de pez, daremos su forma a la masa sobre un papel de horno.
Aplastamos un poco toda la masa a lo largo y, con un cuchillo, le haremos primero la forma de la cola. Abrimos un poco ambos lados y el pequeño sobrante de masa que nos queda lo guardaremos para hacerle los detalles del ojo y la cabeza.
Añadimos detalles y horneamos
Luego, usaremos una cuchara de postre para dibujar las escamas, haciéndole pequeñas hendiduras, de cabeza a cola. Cuando hayamos acabado, usaremos nuestra plantilla para la parte de la cabeza y darle forma a la boca.
Con el sobrante de masa de la cola haremos los adornos: el ojo, la aleta y la división del cuerpo. Es importante que nos sobre algún pedazo más de masa porque nos servirá, más tarde, para meterlo también en el horno y comprobar más fácilmente si ya se ha cocinado.
Por último, antes de hornear el pescado dulce, colocaremos una almendra en cada hendidura de las escamas que le hemos hecho y cortaremos varias almendras para hacerle los dientes.
Finalizamos
Pasaremos nuestro pescado dulce con su papel a una bandeja y horneamos durante 15 o 20 minutos.
Mientras está en el horno, preparamos el almíbar. Pondremos un cazo al fuego con agua y cuando esté hirviendo, diluimos el azúcar que nos queda, sin parar de remover.
Cuando se haya hecho, y con el pescado dulce todavía caliente, lo pintaremos con el almíbar, con la ayuda de una brocha de silicona. Dejaremos enfriar para que el almíbar también se cristalice y … ¡a disfrutar!
La importancia del gofio en la isla de Fuerteventura se remonta a antes de la Conquista, cuando los primeros pobladores ya tostaban granos de plantas salvajes y posteriormente molían. Tras la Conquista, esta técnica evolucionó y se desarrolló la agricultura, la cual fue modelando el paisaje; llegando a conocerse a la isla como “el granero de Canarias”.
En Fuerteventura llegaron a estar en activo cerca de un centenar de molinos y molinas, pero hoy solo quedan 14 molinas y 13 molinos, todos declarados Bien de Interés Cultural (BIC). Concretamente La Molina La Asomada, en el municipio de Puerto del Rosario, data del siglo XIX y fue comprada por la familia de Francisco Cabrera en 1967.
El gofio es el súper alimento de Canarias y en Fuerteventura solía estar elaborado un solo cereal o de la mezcla de millo, trigo y cebada. Luego se han elaborado también con otros granos. Su producción comienza con la limpieza y tamizado del cereal. Después se tuesta y tras enfriarse, se muele y queda listo para comer.
Su presencia en la dieta y despensa canaria ha sido indispensable, tanto en tiempos de bonanza, como de escasez. Hoy en día está muy bien considerado nutricionalmente por su capacidad saciante, la cantidad de hidratos de carbono y fibra que aporta, así como por su bajo índice calórico. También se trata de un producto muy versátil en la cocina, permitiendo además de su consumo tradicional con leche, caldos y en potajes, hacer pasta, panes y repostería.
Como dato curioso, el gofio fue exportado hacia América Latina tras el final de la Guerra Civil Española, llegando a ser mundialmente conocido. En Puerto Rico, por ejemplo, se produce exactamente igual que en Canarias, aunque lo consideren un dulce propio. Venezuela, cuya denominación cambia en función del cereal con el que se produzca (“garfía” cuando se produce con trigo y “fororo” cuando es de maíz). También Panamá es otro de los destinos donde su denominación cambia, llamándose allí “cofio”, y donde en el proceso de molido se añade azúcar.
Sabores Isleños es una marca registrada de Tourimedia. Todos los derechos reservados 2025